Hablando con Una Mujer

Si me pongo a meditar sólo me doy cuenta de que no hubo ningún sentido, pero sin embargo lo buscamos.

Hablando con una mujer, me di cuenta de que finjiendo, dejas de hablar con una mujer

Hablando con una mujer, pude ver que mis ojos no eran feos.

Hablando con una mujer, pude ver sus sentimientos, solo mirando a sus ojos; pero a quién le cuesta creer que no ocultan nada, solo hay que saber observar, ellas te lo dicen a cada instante.

Hablando con una mujer, pasé un año, y ya no nos hablamos seguido.

Hablando con una mujer, dejé mi cremallera abierta, y eso no impidió de que habláramos de obsenos temas.

Hablando con una mujer, descubrí que algunas buscan lo que nosotros, varones buscamos, es decir, nos buscamos mutuamente y rara vez nos encontramos. Pero cuando pasa es la sensación más maravillosa del mundo.

Hablando con una mujer, imaginé un lago, y en el se reflejaba aquel ser que jamás quizo salir, aquel que haría feliz a cuanta acudiera a mi.

Hablando con una mujer, comprendí que el valor de la vida no nos pertenece si no que simplemente lo buscamos, pero encontramos cosas mejores que en su interminable búsqueda, y junto a ella pude pasear una templada tarde por las arenas de la orillas del mar.

Hablando con una mujer, vi el atardecer más hermoso de la tierra, y pude compartir ese momento con aquella que inspira mi vida.

Hablando con una mujer, pasaré mi vida, llegaré a viejo y tomaré su mano para seguir charlando mientras perescamos en un mundo que ya no nos pertenezca.

Sólo te querré.

Guillermo.