
No podía ser otro día menos caluroso. Las botas me quedaban grandes y para variar cagado de hambre.
El manda más estaba esperando la señal de la otra señora. Al fin dio el vamos.
En los ensayos salía todo perfecto, encajábamos todos.
Ahora los más chicos al medio y los más altos en los extremos, mi fusil estaba caliente, me estaba aburriendo como ostra.
Comenzó el tamboreo, las trompetas, estaba lleno de gente desconocida pero que gritaban como si fuera yo su hijo.
Marchamos al compás, de la nada estornudé y pasé a llevar a mi compañero de fila,y así en cadena se fueron empujando, hasta que se sacó la chucha el Álvarez.
Era mi primer año y me había mandado la mansa cagadita.
El manda más estaba esperando la señal de la otra señora. Al fin dio el vamos.
En los ensayos salía todo perfecto, encajábamos todos.
Ahora los más chicos al medio y los más altos en los extremos, mi fusil estaba caliente, me estaba aburriendo como ostra.
Comenzó el tamboreo, las trompetas, estaba lleno de gente desconocida pero que gritaban como si fuera yo su hijo.
Marchamos al compás, de la nada estornudé y pasé a llevar a mi compañero de fila,y así en cadena se fueron empujando, hasta que se sacó la chucha el Álvarez.
Era mi primer año y me había mandado la mansa cagadita.
Guille.
3 comentarios:
Que embarazosa situación la del novato soldado. Lo bueno es que echando a perder se aprende, eso dicen las malas lenguas.
Suerte Pequeño :)
Te imaginai semejante cagada?
Piensa que si desfilan chuecos ya los retan, y cuando el condoro es grosero los dejan sin vacaciones. Aunque demás que alguna vez pasó.
Pobres cabros, como 4 horas parados, cagados de hambre y de calor. Terminan chatos.
Saludos viejita
Gracias por pasar, pero eran sus madres, jjajaj, estoy segura, como tanto!
Saludos
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