Sin sentido...

Nunca es bueno buscar consuelo en lo material. Porque luego de ocupar aparentes objetos que causan bien estar, quedamos nuevamente en nada.

A veces simplemente una caricia, un beso, un abrazo o una palabra bonita pueden alegrarme completamente una tarde.

Cuando estoy en nada, generalmente comienzo a pensar demasiado, solo para descubrir que por mínimas razones me comporto así. La mentalidad de cada uno es extrañamente compleja.

Siempre trataré de no estar solo, y demostrar que mi mundo no es tan solitario y loco como pienso.

Las dudas que existen siempre de hacer lo correcto o no, son las que nos llevan al fracaso, la temible inseguridad, mi inmaduro temor al rechazo.

No tengo el suficiente valor aun para arriesgarme, aunque no debería, las pocas veces que lo he hecho no he fracasado, o es lo que creo.

Pongámoslo de esta forma, si yo hubiese estado en el paraíso y me ofrecieran el placer de lo desconocido, en estas circunstancias no lo hubiera aceptado por temor a ser rechazado por ese placer desconocido.

Pero de todas maneras me atreveré, porque no valdrá la pena saber que es lo que me espera, antes de tomarlo.

Aun confundo mis sentimientos y creo que es normal.

Existe la posibilidad que solo me he dedicado a mal interpretar esta situación, y solo esté segado por mis confusos sentimientos. Pero no podré saber hasta que lo intente.

Creo que por eso es que me gusta tanto dormir, porque evito la realidad, y en mis sueños se dan situaciones muy distintas. Pero en concretar los sueños está el secreto.

Temo también, que sea tanto el deseo de obtener algo, que cuando lo tenga ya no sienta lo mismo, pero existe la posibilidad que más quiero, cuando lo tenga me entregue por completo y tanto como este dispuesto a dar, estaré dispuesto a recibir.


En fin, tengo mucho tiempo aun, y prefiero atreverme, para luego después de un tiempo mirar atrás y decirme (hipotéticamente, porque aun no lo hago) aunque no resulto como esperabas, tuviste el valor de enfrentarlo y ganaste más confianza.


“Me acuerdo de mi instante mágico, de aquel momento en el que un sí o un no puede cambiar toda nuestra existencia” Pilar (A orillas del río Piedra me senté y lloré)

Guillermo.