miércoles, 13 de mayo de 2009

Entre Estación

Más de cien caras, más de cien historias, más de cien motivos.

Cientos de olores, cientos de tenidas, cientos de relojes.

Combinaciones de estilos, cientos objetos electrónicos.

El joven con el trabajo para la universidad, el escolar por donde se mire, la señora quejona, el caballero irascible, la mujer embarazada esperando que alguien amable le permita descansar, las muchachas sentadas en el piso.

La voz del alto parlante.

Nuestros bolsos esparcidos por todos lados, ya han pasado tres canciones desde que tuve el valor y la suerte de entrar.

No hay espacio ni tiempo para movilizar, solo tienen oportunidad y voluntad nuestros pensamientos que se pasean libremente.

Esta la chica bonita que se mira por el reflejo de la puerta, miramos a los ojos; dormiste mal, igual que yo.

Rutinariamente nos detenemos entre estación, no se con que fin, no se porque.

La brisa no marca presencia, es invierno pero no hay necesidad de una bufanda.

Se abren las puertas, al fin podré respiar, solo por un momento soy libre para cambiar la canción u ocupar otro lugar.

Me dirijo a mi destino, llegué con o sin apuro, da igual, porque mañana se volverá a llenar, y haremos lo mismo usando distinta ropa para detenernos nuevamente entre estación.



Guillermo.

1 comentario:

Retrospectiva dijo...

Horrible tener que pasar todos los dias por eso, pero se vuelve costumbre por mera necesidad.
Supongo que lo bueno de esos cortos o largos trayectos es que no tienes mas que pensar y pensar mientras corre el tiempo.
Y esos minutos dan para mucho.

cuidate mucho
adios.


Cuando la Música Acabe