- Te ves linda de noche, me has dado tantas cosas y no me parece que ahora seas cómplice de mi locura.
Se asomó, se acercó mucho a la rejilla y la baranda; después de un momento se subió a la baranda, y abusó de su buen equilibrio.
- Hay vida, he tenido muchas decilusiones, y hace un rato desperdicié al hombre que cambiaría mi triste existencia.
El chico que un poco desconcertado no entendía, no entendía porque ella lo ofendió así. De echo ella le había dicho antes que lo amaba.
- Es extraño, algo no me coincide, algo anda mal, será mejor que suba.
El joven llego a la puerta C del quinceabo piso, la puerta estaba abierta.
La vio enseguida, encaramada en la baranda.
-Noooooooo, por favor no.
-Tú, no pensé... pensé nunca que vendrías- lanzó un llanto camuflageado por felicidad .
-Por favor, bajate, hablemos.
La chica comenzó a bajar. su vestido flameó con el viento, corría mucho viento.
El joven lloraba en medio del departamento.
- Ligera cual pluma, suave acariciaste, dejaste tu voluntad al viento. Tu cuerpo yace en el suelo, tu alma me espera en lo eterno.

GUILLE.
2 comentarios:
Simplemente me facino, por un motivo que algún día te comentare.
Saludos Sr. Celestino
No se como llegué aquí... pero tu relato es genial, corto y preciso, lograste expresar muchas cosas, te felicito...
Rodolfo
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